Al caminar por la ciudad es frecuente encontrarse con un sokak kedisi (gato callejero). Estos simpáticos animales forman parte de la vida cotidiana de las calles de Estambul y se estima que hay unos 125 mil felinos deambulando por la imponente ciudad turca.
¿Por qué hay tantos gatos callejeros?
Las hipótesis son varias y, quizás, ninguna sea concluyente o excluyente. En la época del imperio otomano había una gran cantidad de casas de madera, y por eso, se concluye que los gatos eran los guardianes ante la proliferación de ratones y ratas. Otra teoría apunta a que eran tripulantes frecuentes de los barcos y cumplían la misma función, evitar la presencia de roedores.
Además, los musulmanes los consideran “sagrados” y la leyenda cuenta que un felino le salvó la vida a Mahoma ante una serpiente venenosa que estaba a punto de morder al profeta.
Sin embargo, hasta el 2021, la ley turca definía a los animales callejeros como mercancías. La presión de los activistas por los derechos de los animales llevó a un cambio legislativo y se les otorgó el estatus de "ser vivo". A partir de ese momento, quienes cometan delitos contra los animales podrán recibir una pena que va desde los seis meses a los cuatro años de cárcel.
Máquina expendedora de comida para gatos
La foto que ilustra esta nota es, ni más ni menos, una máquina que al insertar una moneda, expende comida para gatos. De esa manera, los residentes y turistas pueden colaborar con la alimentación de estos personajes típicos de las calles de Estambul.